La vida es una concatenación de circunstancias y en el vino, esto suele suceder quizás aun más, y con los vinos de Sinforiano, me ha vuelto pasar.

Sinforiano en si, es la expresión lacrada en cada gota de vino. Vieja escuela de saber hacer, pasión por la tradición con matices de apertura de mercado, hecho el cual estan consiguiendo. En el caso que procedo a comentar presento dos vinos que han cautivado el paladar de quienes los hemos podido degustar. El Reserva 2009 y el crianza 2010. El reserva es un excelente vino para maridar con un plato de Oreja y pata de cerdo con setas (como fue mi caso). El encaje de su edad con los matices de la potencia de sabor del plato degustado abrazo mi paladar durante un par de horas haciendo que ya pensando en mi próxima visita a Valladolid, ya tenga en mente y predefinido un buen chuletó
n de Ávila para acompañar al Reserva. En mi opinión es un vino de Fin de Semana, para disfrutarlo completamente y pausadamente, buen comer, y una intensa sobremesa.

Por que hay vinos que te transportan a tierras que te vieron nacer, a recuerdos de sensaciones, y por que me crié con Cigales en los bares de la Rondilla. Sin más, gracias a Baldomero Contreras de Lugar de Vino (Sabadell), he recuperado la esencia de los recuerdos de unos vinos que significan mucho para aquellos que amamos la tierra castellana.
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